La verdad no sé como empezar esta crónica. Tal vez debo comenzar diciendo que el público de anoche, ha sido uno de los mejores públicos de los que me ha tocado formar parte, pues Ian se veía muy contento. Pero vamos a retroceder harto.
Salí de mi casa con todo lo necesario para una cita como esta en la pista atlética del Estadio Nacional, es decir: con chaqueta, celular, cámara fotográfica, mis lentes, un poco de dinero, la entrada por supuesto unos jugos kapo y galletas.
Caminé por José Miguel Carrera, esperando que la micro pase mientras caminaba, pero no pasó, hasta que llagué a Av. La Florida. Ahí tomé la micro, y me bajé en la esquina de Pedro de Valdivia con Grecia, donde se bajaron 5 personas más, que se dirigían al mismo lugar que yo. Caminé hasta la puerta del Estadio que da a Av. Grecia, la única puerta que estaba habilitada para el acceso del público. En la entrada, me revisó un carabinero del gope (Grupo de Operaciones Policiales Especiales), me puse bastante nervioso, pues no tenía cara de muchos amigos, (no sé si me explico). Cuando el policía me revisaba, él pensó y me dijo: «¡pero como tan sano!» a lo que yo respondí: «Obvio, cree que ¿todos los rockeros somos volaos?», me hizo sacar los lentes por si las dudas, y se convenció de que estaba muy sano.
Antes de que los artistas subieran al escenario, ponían música de Metallica, Iron Maiden y una que otra banda rockera. Cuando el reloj de mi celular marcaba las 8 con 2 minutos subió al escenario a telonear, la banda «De Saloon», grupo que no tubo éxito, ya que recibieron pífias, insultos y proyectiles por parte del público.
Tocaron solo 4 o 5 temas en 20 minutos, ellos trataron de mostrar el sonido más metalero que podían sacar, pero la furia púrpura los devoró, ya que el público lo único que quería, era que subiera pronto Deep Purple. Después dela pésima presentación de De Saloon, al cabo de media hora, se apagaron las luces, y apareció frente a todos nosotros, nuestra banda, la banda que nos había citado esa noche. En el concierto tenía mucho calor, por lo que me saqué la camisa, pero al cabo de unos minutos me la volvía a poner.
Parecía que Ian Guilan se quería tirar al público, Ian estaba descalzo y estaba fascinado con el público, parece que traían un disco muevo,
pues varias canciones el público no las coreó, y las escuchó atentamente.
El concierto duró casi las dos horas, se vaticinaban solo una hora, máximo una hora y media. El público estaba muy contento, había una retro alimentación banda – público, público – banda. La pista atlética estaba llena, no cabía un alfiler. En resumidas cuentas, lo pasé muy bien, aunque se me hizo muy corto pues era un espectáculo de calidad, más de 35 años de carrera avalan el liderazgo de esta banda en el género del heavy. Hay que decir que de esta banda, surgieron otras (muy buenas por su puesto) como por ejemplo: whitesnake. Al salir del recinto, llamé de inmediato a mi hermana quien me había pasado el dinero de la entrada, la llamé para agradecer, ya que valió la pena. Mi camisa estaba empapada de sudor, por lo tanto me la saqué, y me puse la chaqueta para abrigarme.
ROKA