2 de enero de 2025

Raices Humanas

Cultura y Acción Ciudadana

¿Cuánto hay que saber para poder decir a qué sabe un poema?

Hay poemas que hablan de una época, que nos transportan a un tiempo distinto.

Hay frases que trascienden la época en que fueron escritas, que hablan de lugares donde todo ser humano ha estado alguna vez en su vida.

Hay algunos escritos que ni siquiera los de su época lograron comprender…

Pero ¿Qué es comprender?

A veces un mismo poema tiene una interpretación para dos personas distintas. Incluso un mismo texto puede tener dos significados distintos para la misma persona en distintos momentos.

La poesía es palabra con vida propia, es imagen mental, es emoción escrita, es sonido emitido por una garganta, es inspiración para la causa del momento, es mundo propio del creador, es alarido de protesta, es dibujo sobre la hoja de papel.

El valor de un poema puede ser infinito o inexistente, dependiendo del que lee y del que escribe.

La poesía es como la vida, cada quién la saborea desde su personal punto de vista, según sus valores propios, los de su época y su cultura. De este modo, la realidad se multiplica en un millar de verdades, tan falsas como posibles, certeza absoluta para cada cual. Cada cual podría estar equivocado. ¿Quién es dueño de la verdad?

Arte Poética:

Los poetas suelen componer un texto que es como un manifiesto personal que define desde dónde escriben, cual es su causa, búsqueda o estilo. El concepto central creativo del escritor expresado en versos es lo que se conoce como arte-poética.

Haiku.

Los japoneses han creado una forma minimalista de escribir poesía, en la que con unas pocas palabras expresan la sensación de un momento. Al parecer, ellos han desarrollado una capacidad de disfrutar y comunicarse con gestos pequeños. Un haiku tiene un promedio de tres versos solamente. La gracia no es la elocuencia sino la precisión.

1.

Leves pisadas

en la casa vacía…,

tan sólo el viento.

2.

Junto a sus huesos

La quietud de otros huesos.

Polvo de estrellas.

3.

Calles mojadas…,

Me acompañan la luna

Y algunas ranas.

4.

En la estación

un anciano durmiendo

¡Y tanta luna!

Liria Miyakawa

Cadáver Exquisito.

Tómese un grupo de individuos con buena disposición. La presencia de alcohol es opcional. Reúnase a estas personas en círculo. Haga correr una hoja de papel en la que cada participante escribe un verso y hace un doblez para que el próximo no pueda ver lo escrito. Al acabarse el papel, se procede a tomar la hoja, desdoblarla y leer en voz alta el poema resultante . Este resultado es un producto de lo que andaban trayendo todas esas mentes reunidas en el mismo momento. A esto se le llama “Cadáver Exquisito”.