A Gabriela y Eneida Primer Premio - Concurso Casa de las Américas 2005 . De qué cierzo fino me habláis? En qué lugar pusieron sus huesos. Hay un lugar insigne donde podrá morar tu frente, junto a la mía. En qué esquela Carta o misiva Me comunicaron tu muerte? Qué redoble de tambores, vino por la calle ancha anunciando que colin Llena de pasto fuisteis fusilado? Dime, al expirar, me nombrasteis? Dónde quedó tu esencia Tu alma Tu espíritu luchador. Me bosquejasteis En qué cárcel? A quiénes incitasteis a surgir con tu nuevo ideal. A qué carcelero escupisteis? Quién se engañó con tu fragilidad. Quién fue? Quién estableció contigo la contienda constante y estallasteis dando Peroratas de patriota. Si De qué cierzo fino me habláis. Si la riqueza fortalecida, la llevo aquí dentro. Ahora Decidme Dónde dejaron sus huesos? O tendré que excavar a uña cada centímetro Desértico Asoleado O lluvioso. Por qué me dais excusas Desentendiéndoos Descolláis Mentís Que despreciáis mi febril desvarío Por qué desdeñáis mi acoso constante. Decidme... Dónde dejasteis sus huesos. Qué láudano he de poner en sus labios para que así no sienta el dolor Con qué pañuelo has de mitigar mis ojos. Oh de qué cierzo fino me habláis si no sabéis dónde dejaron sus huesos.
Que deleite sentir el roce de tu lengua en mi espalda Que ambicioso sentir tu piel desnuda y morena sobre mi desnudez descascarada y blanca. Intenso pensar en el equilibrio catártico e insólito que me brindas en unos minutos a ser mi aliado. Vigorosa siento tu lengua abrasando la mía como pulpa luctuosa la chupas la acaricias me la devuelves y sigues lamiendo mi boca Me gusta tu lengua babosa tosca caliente. Sin esgrimirla Mis pezones están floridos sin que me roces ya estoy engranujada. no te detienes al lamerme los pies. Ni en mi espalda que al terminar se hiende y emerge. solamente urges hurgas con avidez en el triángulo que hacen mis piernas al juntarse. me dejas salivada con tu baba caliente. Enredas mi pelo lo revuelves con tus manos besas mi boca desnuda. Con tu boca con tu lengua me sacas los quejidos. Como si yo fuese tu presa herida. Me lames. Me lames. toda desnuda. me revuelco desprendiendo la libido esculpido. Tu boca con lengua besándome! Me arrollas con tus dos manos entrelazando frente a mi mis senos Desordenas mi imagen deshilando mi pelo. Giras mis piernas enredándolas a tu cuello. Llego febril saciada. Sintiendo tu empuje penetrante volcánico cálido dentro de mi cuerpo tembloroso.
La cama recién provista ordenada limpia mas mi desnudez lavada sobre el tapiz cual cartas con un azar amarradas entrecerrados tus ojos intento tocar tu boca se interpone como isla hundida y se junta a mi lengua cual flamígera luz que no intenta anteceder las tinieblas Asumo que no podré salir de la tregua que hice con tu lengua. Estamos amándonos con pasión sobre la desordenada cama que en un momento brilló de limpidez. Me crucificas con tus manos me estremezco me entremezclo en un quejido seco cual rama recién cortada gimo toda entera. Yo asiento en tu boca. Siento tu fortaleza estremecida uniéndose a mi orgasmo. SIENTO tus lamidos mis quejidos mi espera.
Zorzal
Ayer por la noche
Encontré un zorzal
Herido
Yo lo tomé en mis manos
Dócil suave
En su plumaje café oscuro
Corpúsculo tiritando
Yo lo amansé quietamente
Susurrándole al oído
Contribuyendo a la mejor articulación de mi voz
Decantándole su sangre
Limpiándole la herida
Ayer por la noche llovió.
A Nolberto Escárate