8 de abril de 2025

Raices Humanas

Cultura y Acción Ciudadana

PARA VIVIR EN PAZ SE NECESITA FE Y AMOR

Fábula

Había una vez en un bosque muchos animales que se querían como hermanos.  En los últimos días sentían que la tierra se movía todas las noches y estaban muy preocupados porque no sabían qué sucedía.

En eso vino volando un lorito llamado “Preguntón”, reunió a todos los animales y les dijo:  -Hermanos tengo que comunicarles una mala noticia-.  Todos ellos le dicen al unísono: -¿Qué sucede hermano loro?”.  Él continuó:  hoy mi tía que es una paloma mensajera, me trajo la noticia de que un volcán , que está muy cerca, va a hacer erupción.   Los animales le dijeron:   -¿Qué es eso?-, el lorito agregó:   erupción es cuando un volcán se revienta, sale lava caliente desde el fondo de la tierra, saltan rocas, también sale ceniza, la tierra se mueve muy, pero muy fuerte; se caen las guaridas, madrigueras, nidos, etc., así es que deberemos hacer algo y cuidarnos para no perecer.

Los animales se asustaron y exclamaron:  ¡Santa Naturaleza!   -¿Qué podemos hacer?-   -¿A quien se le ocurre algo?.   El hermano zorro dijo:  -huyamos de aquí-.  El hermano conejo le dijo:  -¿y si vamos huyendo y nos cae una roca, o algún árbol?-.

El hermano oso, que era científico y tenía un laboratorio dentro de una gruta, les dijo:  -No  se asusten, yo tengo la solución para este problema, propongo que todos nos congelemos  con   hielo.  Mi abuelo, el oso polar, me enseñó; deberemos congelarnos por un tiempo y después  que pase todo este terremoto volveremos a vivir-.  Todos exclamaron -¡regia idea!   -¿Cuándo comenzaremos?-  dijo el lobo feroz, que era muy miedoso.  

– Podemos empezar ahora mismo, vengan conmigo los que quieran ir al laboratorio-, dijo el hermano oso.

– Por favor quédense en esta sala de espera, comenzaremos por el señor lobo y su esposa; en segundo lugar el hermano conejo y su esposa, después la hermana serpiente y sus hijos, y seguiremos con la hermana ardilla y su esposo, el hermano sapo y su esposa, y ya es de noche… mañana continuaremos-    Al día siguiente, el hermano oso siguió congelando a todos los animales que habían acudido… Todos los animales, por fin, fueron puestos a salvo y el oso fue el último.

Esa triste noche comenzó la gran erupción en el bosque.  Todos los árboles se cayeron, la tierra se partió, la lava que lanzaba el volcán corría por todo el bosque.  Pasaron los días y al décimo se terminó “el gran terremoto”.

El laboratorio del hermano oso no sufrió ningún daño; él fue el primero en despertar y comenzó a descongelar y despertar a todos los animales que allí permanecieron.  Cuando ellos estuvieron nuevamente en el bosque empezaron  observar cómo habían quedado los árboles y los campos, y el bosque mismo.

-Gracias hermano oso,  ¡nunca te olvidaremos!-  dijeron todos.  Luego mirando a la lejanía hacia donde estaba el palacio del rey león y la reina leona, le pidieron al hermano loro que fuese a averiguar cómo estaban los reyes.  El lorito se fue volando, volando, llegó en unos minutos al palacio y le preguntó al perro guardián:   -¿Cómo están todos por acá?-, el perro le dice:  -nosotros estamos muy bien-.   El loro agregó:  -Qué bueno que se salvaron, para que así este reino sea un ejemplo de animales hermanables, cariñosos y buenos-

Esa tarde el rey León reunió en un gran claro del bosque a todos los animales que perdieron sus madrigueras, guaridas, nidos, etc. con el gran sismo.  Mandó a su secretario, que era su primo el tigre- a hacer una lista con el nombre de todos los animales damnificados y saber así cuántos de esos hogares se debían reconstruir.  Enseguida el buen rey mandó a fabricarlas muy firmes y buenas.  Todos los animales se ayudaron entre ellos, para mejorar los dañados lugares donde vivían.

Así, todos los animales vivieron felices en ese reino que por ser organizado reina en él la paz y la tranquilidad, y se ha convertido en un “verdadero paraíso”.

María Cecilia Vidal R.