Entrevista a Claudia Raipan
Joven Artesana y Tallerista del Centro Cultural Ainil
LA ARTESANA
La idea de Claudia Raipán como artesana, es tallar tambores que son para la venta, pero entregando un contexto, ojalá que la persona se pudiera llevar un registro de cómo se hizo el instrumento. Para ella, fabricar tambores es un trabajo, la idea es rescatar la forma antigua, rústica, de la construcción de los tambores. Con pocas herramientas. Es rescatar la esencia de su elaboración.
A sus alumnos no sólo les enseña a tallar madera, sino que también les habla sobre la cultura Mapuche que está detrás de muchas de estas creaciones, y que es el conocimiento de sus ancestros americanos.
Claudia siente que su apellido Mapuche la conecta con mucha energía. Su familia es de la localidad que conocemos como Puerto Saavedra. El haber nacido en el campo le da a ella una fuerza muy especial como para hacer cosas. Su madre vivía más bien alejada de la cultura de sus antepasados Mapuche, al modo occidental. Fue una larga vuelta de la vida la que la trajo otra vez a estos orígenes.
Cuando tenía sólo 15 años dejó a sus padres para emprender un viaje que la llevaría a lo largo de toda Sudamérica. En un principio, Claudia se dedicaba al arte del malabarismo. Su primera aproximación con la artesanía fue cuando aprendió a construir tambores africanos.
De regreso a Chile, en Santiago, se integró al Centro Cultural AINIL, comenzó a participar en el grupo de danza ALWEKUSI, que estudiaba la danza Mapuche. En esa época, partió con ellos de gira al sur de Chile.
Entonces, al conectarse con sus raíces ancestrales, y con el conocimiento adquirido en el viaje de la vida, buscó la manera de tallar tambores, pero esta vez, Mapuches además de los Africanos. Así fue como construyó su primer Kultrun.
La abuela materna de Claudia era de familia Mapuche. Ella se casó con un huinca a quien le desagradaba esta cultura. Por eso, la madre de Claudia se alejó de ese mundo. El abuelo paterno de Claudia es también Mapuche, de esposa mestiza. Por eso su papá sabe más y habla con ella sobre esta herencia cultural.
Los Mapuches, en general, no comparten sus conocimientos, por temor a que alguien se los quite y los divulgue de mala manera. El saber de los Mapuches se transmite desde los abuelos hacia los nietos. Son ellos, los más viejos, los que tienen el conocimiento.
EL KULTRUN
Un tambor, es un tambor. Un Kultrun, es algo diferente.
El Kultrun es el único instrumento de percusión Mapuche. Su forma semicircular representa la mitad del universo, y sus inscripciones, los puntos cardinales, la salida y puesta del sol, los vientos, la familia, el sol y la luna. Solamente la machi (o el machi) puede tocar el Kultrun. Ella elige algunos objetos que coloca dentro del tambor antes de cerrarlo, según la energía que estos tienen. Ella utiliza este instrumento para invocar, ya sea sanación, agradecimiento, limpieza o pedir algo. Es un artefacto sagrado, y por ende, objeto de mucho respeto. Por esta razón, Claudia ha optado por no pintar los símbolos sobre sus tambores.
Los tambores suenan mejor si se tallan de una pieza. Se fabrica de madera recién cortada. El artesano le da vida al pedazo de tronco. El árbol que se utilizó para esto debe ser restituido, plantando otro árbol. Antes de cerrar el Kultrun, se debe hacer un rezo. De lo contrario, este suena hueco.
El tratamiento que se le da en cada proceso al Kultrun influye directamente en el sonido final del instrumento. A diferencia de los elementos de fabricación industrial, ningún tambor queda igual a otro. Esto se debe al proceso de tallado a mano. Es preferible trabajar con calma, concentrado, para que la creación quede bien. Así como doy, recibo.
SER MAPUCHE
También le preguntamos a esta joven maestra sobre que cosas negativas que puede observar entre su pueblo. Ella nos responde que no todos los Mapuche hacen honor a sus ancestros. Con tristeza, ella observa a aquellos descendientes de Mapuches que andan más bien adormecidos, algunos se avergüenzan de andar con las manos partidas por la tierra, otros convierten los guillatunes en largas borracheras.
Otro punto negativo es que en las escuelas bilingües del sur se educa a los niños dividiéndolos, según su origen. No hay una integración de las culturas.
Para Claudia, ser Mapuche es sentir el respeto y la conexión con la tierra. Para ella, el universo completo es sensible. Se puede agradecer, incluso, a una casa que da cobijo.
En la actualidad, Claudia se encuentra muy agradecida viviendo en el Cajón del Maipo, cerca de la montaña, donde puede ver salir el sol cada mañana y las primeras estrellas del anochecer. Le nacen ganas de dar gracias a la naturaleza. Ahora, su nueva tarea es encontrarse con la cultura de sus ancestros Mapuches, con el ceremonial y la lengua que ellos hablaban.
OBS: Una mujer no puede tocar una trutruca, porque al hacer fuerza necesaria para soplar este instrumento, podría dañar su útero, lo que sería una falta de respeto hacia la fertilidad.